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Mensaje para los fabricantes de zapatos

mensaje a los fabricantes de zapatos
Para algunas de nosotras ir de compras es un día feliz y para otras es una pesadilla. Me explico.

Todas las mujeres por ser mujeres no somos iguales. Somos altas, bajas, más flacas y más gordas, con más cadera o con menos cintura pero todas sin excepción nos queremos ver bien.


El problema viene cuando a la hora de ir de tiendas donde compra la mayoría  nos encontramos reiteradamente que no existe nuestra talla porque no entramos en el standard marcado por las casas comerciales. Esta realidad nos hace sentir raras y abandonadas porque nadie ha pensado en nuestras necesidades ni en nuestro cuerpo, un comportamiento social hacia lo distinto de absoluta indiferencia e incluso de humillación. La limitación del tallaje nos obliga a soportar comentarios (y miradas) vejatorios hacia nuestra persona tipo "Es que en tu número ( tu talla, tu altura)... y buscar salvación en las escasas tiendas con denominación "especial" (una forma de escarnio público innecesaria) donde generalmente se encuentran artículos que no siguen las tendencias actuales  y nos vemos obligadas a dar más vueltas de las necesarias para añadir una pieza al guardarropa que no parezca de la abuelita y encima estar agradecidas por haber podido encontrar algo. Por si pensáis que estoy exagerando un poco he hecho un experimento práctico. Camaleona73 calza un 42 de zapatos y necesita urgentemente un par. Así nos cuenta su aventura.

Una de dos, o llega mi mensaje urgente a todos los zapateros, o me pongo en huelga de pies descalzos y a partir de ya mismo dejo de comprarlos. Es que se han empeñado en que las mujeres usamos zapatitos. Así que, para una mujer hecha y derecha como yo, que adora los zapatos y que calza nada más y nada menos una 42, es com-ple-ta-men-te-im-po-si-ble comprar zapatos como churros, que es lo que a mí me gustaría, seguro que hasta podría sacarles de la crisis y todo.

¿Y por qué es tan complicado? Punto número uno, porque no hay zapatos de esa talla en ninguna tienda que se precie de moderna. Punto número dos, porque tengo que irme a zapaterías especializadas de tallas grandes, una minoría en comparación con las otras. Punto número tres, porque en esas tiendas hay unos zapatos horripilantes de súper abuela. Punto número cuatro, porque en esas tiendas que tienen esos zapatos tan poco favorecedores, además te cuestan un dineral. Punto número cinco, total, si cueste lo que cueste igualmente voy a cargármelos en dos días, que luego me quejo de mis hijos porque con sus súper poderes destrozan los zapatos en un mes, pero debe ser algo que se lleva en los genes, supongo.
shoes[1]


Con cada comienzo de una nueva temporada, llega también un nuevo martirio para mí. Al principio tengo una idea de lo que me quiero comprar, algo que he visto en alguna revista o lo he visto en otros pies de carne y hueso. Voy entrando en cada tienda, echando un vistazo a verdaderas maravillas y cuando encuentro justo lo que quería, pregunto por mi talla. Ese es el momento en el que las dependientas de pies corrientes me devuelven a la realidad después de mirarme con retintín o compasión. Poco a poco voy desanimándome y bajando el listón de mis deseos, hasta que al final termino, como siempre, en una de aquellas tiendas especializadas que tienen zapatos feos como ellos solos, pero más o menos grandes y cómodos, y carísimos.

Con la llegada del otoño decidí dar una nueva oportunidad a mis pies y la ilusión de este año es hacerme con unas botas de agua, de esas que llevan floripondios, para que mis hijos alucinen en colores, y aprovechar para no mojarme los días de lluvia o de piscina. Y otra vez el mismo rollo de siempre. Ya estaba empezando a sentir el fracaso llamando a mi puerta, cuando entré en una tienda de esas gigantes con las cajas de zapatos apiladas y montones y montones de modelos. Por no auto-ponerme los dientes largos, fui directa a la dependienta y le pregunté si tenían barcos gigantes. ¿Barcos gigantes? me preguntó boquiabierta. Sí, zapatos de la 42, le contesté intentando parecer muy seria y convencida. Y cuando estaba esperando la típica miradita de pena de siempre, la chica me dijo que reciben todos los modelos en la talla 42…  ¡¡¿¿la 42??!! ¡¡¡¿¿todos los modelos??!!! Así que me tiré dos horas probándome todos los zapatos ¡¡baratitos!! Y además van a recibir botas de agua ¡¡también en la 42!! ¡¡yupiii!!

Más información  | Diario de quien quiere seguir siendo mujer

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6 comentarios:

  1. En realidad lo único que puedo comprarme sin problemas son los pendientes, que me encantan y no tengo problemas de alergia... pero todo lo demás ¡¡es desesperante!!

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  2. Estaré atenta a tus desventuras! Las cuentas muy divertidas.

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  3. mmm...deberían unificar las tallas tanto de la ropa como de los zapatos para todas las tiendas...comprar sería mucho mas sencillo, no crees?
    gracias por pasar por mi blog!:)
    muuah!

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  4. Desde luego. Mi último susto fueron dos pares de zapatos que me compré en rebajas a toda pastilla pq me los compré entre la hora de maquillaje y de la peluquería del día de la boda de mi hermana y que iban de maravilla con mi vestido. Total, que cogí en Mary Paz el 40, que es mi número de toda la vida. Bueno, pues me están como albarcas y no los he podido descambiar pq quitaron las ofertas justo al día siguiente y ahora tengo unos preciosos zapatos inservibles.
    Besos, poeta.

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  5. Hola a todas : no puedo estar mas de acuerdo con lo que contáis , a mi me pasa exactamente lo mismo en casi todo pero lo que me parece el colmo es lo ultimo que me ha pasado es que quería unos guantes de piel (por suerte desde que era chica no había necesitados unos)por que por unos problemas de salud ahora siempre tengo las manos heladas y dije me compro unos guantes bonitos ¡ja! aquí en Toledo solo los he visto de ese punto supuestamente extensible o de leñador por que los de piel no hay manera los modelos que me sacan son para mini manos y encima me dice la buena señora que el centímetro de uñas que llevo me lo quite por que eso hace mis manos desproporcionadas, a lo que la respondí que yo tenia los dedos largos no los de pitufa que tenia ella.¡jaja!
    espero que mi próximo viaje a Madrid me solucione el problema. un saludo para todas y felicidades malachuca por el blog.

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  6. ¡¡Cómo te entiendo!!! ¡Encima yo calzo un 43! Así que imáginate cómo me mirarán las dependientas...
    Hay en internet una tienda on-line de zapatos de "tallas grandes", de precios accesibles y modelos bonitos: www.andypola.es
    Los conocí porque tenían una tienda en Granada, que al final cerraron, pero sigo comprando por internet... Por supuesto que hay zapatos más especiales, modernos y alternativos que me encantaría ponerme y no hay de mi talla, pero al menos puedo ir combinando más modelos.
    Si conoces más tiendas de este tipo me encantaría saberlo, porque muero por los zapatos...
    ¡Mucha suerte en tu búsqueda y enhorabuena por el blog!

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