Estoy pensando montar en mi casa un segundo dormitorio. El motivo de por fuerza mayor. La búsqueda: ardua.
Me explico. Vivo sola en un adosado de 120 m2 y no quise montar un dormitorio de invitados. Tener una habitación vacía siempre me ha dado mala espina. Si viene alguien tan poco cercano como para no dormir conmigo (o sea, ni sobrina ni amante) yo suelo optar por dormir en mi esplendido sofá y dejar mi dormitorio al/la invitado/a.
Te puedo asegurar que no me sobra ni un centímetro en casa. Son estancias amplias y además del salón y dormitorio tengo cuarto de la plancha/vestidor y despacho.
Sin embargo mi perfecta realidad se ha venido abajo por el transcurso del tiempo y el inevitable crecimiento de mis sobrinas.
La semana pasada mi sobrina mayor de 10 años (hay 3 más) -vamos a llamarla Monsina- se quedó a dormir como acostumbra. Pero en esta ocasión me levanté baldada. Fue como dormir como un equipo de Ninjas. Un cuerpecillo de apenas 1,30 m. (yo 1,70) atravesado en la cama, me mantuvo atenazada con las piernas toda la noche. Me dio la mayor paliza de mi vida con patadas, tirones, vueltas inesperadas y los codazos correspondientes. Me levanté echa zisco rezando a mi santo favorito, San Poncio Pilato.
Así que como no quiero repetir esta pesadilla y comprendo que la niña cada vez será mayor y tendrá más fuerza (aunque solo la utilice con alevosía nocturna) me he comprometido a comprar una segunda cama. Si estáis buscando ideas el catálogo que he recopilado también os vendrá bien para coger ideas.
Son todas preciosas pero a mí el la que más me convence es esta:
Todas las fotografías son de El Jardín de los Muffins
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